Por Osiris Chiérico
Margarita Matus es ante todo una pintora, es decir alguien que hace elocuente el color.
Con ella la forma, el dibujo, la vertebración, hasta la materia, se transforman en una ecuación que se hace sensible a través del ver, de alcanzar la verosimilitud de una óptica inédita. Los otros elementos apoyan esa visión, contribuyen a alcanzar la más íntima verdad. Y si bien Margarita Matus en su pintura alcanza altas temperaturas que parecen acercarla a veces a las exasperaciones cromáticas de las expresiones, controladas inteligentemente, en realidad sigue las palabras de Picasso: «Se trabaja con pocos colores. Lo que da la ilusión de su número, es que han sido colocados en su lugar justo». Y la conciencia de su lucidez, de esa justa -y sabia ubicación del color, es la que configura el ser pictórico de nuestra artista, su filiación esencial. Aún cuando los protagonistas sean sus interiores, sus paisajes, sus naturalezas muertas, sus figuras- todo ello está allí, dicho a través del color. Y no se trata de una mera perogrullada, sino una realidad de su expresión, una razón de ser absolutamente necesaria para ella.
Margarita Matus ha colaborado largamente estas nociones; la posesión de su lenguaje, su gramática interior. La academia, los talleres de aprendizaje primero, los maestros fundamentales después. Sobre todo Horacio Butler y Aníbal Carreño, de quienes ha tomado actitudes valiosas; del primero su temperado color, ya mencionado en el juicio de su obra, aunque su rigor adquiera en la discípula una entrañable necesidad de libertad; del segundo, del antiguo integrante del Grupo del Sur (en todos los cuales quedan a su vez la huella luminosa de la docencia de Adolfo de Ferrari) su depurada visión plástica.
Pero ante todo Margarita Matus ha asumido una fuerte, una vigorosa individualidad, una fortaleza afirmada en un acendrado sentimiento cromático
Como decía Goethe: «Armonizar el color propio del objeto y el del espacio en el cual está ubicado, pero también le es necesario otro: el de la relación de los colores con el sentimiento». Es decir, palabras coincidentes. con el concepto de Picasso.
Y tanto unas como el otro en las electas vecindades de Margarita Matus.